Escuchaba ayer al hijo de Juan Asensio, Antonio, en una intervención en el programa de Antonio Felipe Rubio de InteralmeriaTV.
No me sorprendió la defensa que hacía de su padre, al que yo siempre llamé mafioso, desde las páginas de La Crónica cuando era director del diario que sufrió las iras del personaje durante muchos años. Lo que me sorprendió es que para el hijo del criminal que fue condenado por matar a tiros a un belga que se negó a ponerme una bomba, sólo reconozca como hechos verdaderos los que se desprenden de una sentencia judicial. Si tuviéramos que escribir la historia según las sentencias judiciales estaríamos apañados. Porque el noventa por ciento de los crímenes no se resuelven, y en cambio, sí se han producido y han tenido sus autores, y en el caso de Almería, que todo el mundo conocía, pero por miedo, por amenazas, no testificaban.
Ahora dice que le engañaron y que judicialmente su padre no fue condenado por la muerte a tiros de su madre, Ángeles García, que como todos en Almería saben que fue asesinada por un hombre que vestía como Juan Asensio, y que después de dispararle a bocajarro con una pistola, se subió en el cuerpo caído para pisotearle la cabeza. Y son muchos los que escucharon de boca de Juan Asensio que antes de que su ex mujer cobrara un duro de los bienes gananciales que había ganado judicialmente la mataría y luego le pisotearía la cabeza. El caso de Ángeles García fue la historia de una muerte anunciada. Por cierto, Antonio me ha dado el argumento del próximo libro, Ángeles García, una muerte anunciada, que comenzaré cuando publique la novela “El Sicario”, basado en un asesino que contratado por Juan “El Rico”, como se identificaba cuando le daba instrucciones por teléfono de a quien había que matar, fue el autor de numerosos crímenes, por los que cobraba cinco millones por cada uno.
Con la muerte del mafioso, del que conocí detalles de boca del propio Antonio que ahora se arrepiente, Almería recuperó la paz. Porque mientras con la banda, que fue desmantelada por el juez Garzón y la intervención de Nicolás Poveda, aplicaba su ley, como reconoció y declaró a La Voz de Almería, todos en esta ciudad temblaban y evitaban cruzarse en su camino. Los antecedentes policiales del personaje lo retratan. Todos fueron publicados en su día, para gran cabreo del mafioso, en el diario La Crónica, y ahora están en el libro Descubriendo a Juan Asensio. La historia no la puede obviar este Antonio, hijo de Ángeles, asesinada a primeros de marzo de 1985, porque judicialmente no se hayan resuelto muchos casos que policialmente sí estaban resueltos. Los historiadores no se leen las sentencias. Escuchan a los protagonistas y luego escriben. La verdad judicial puede ser muy distinta a la verdad real.